
Lo primero que hemos de hacer, es valiéndonos de una cuña o en su defecto de una barra de uñas, vamos con cuidado separando los tacos que tienen los palets de lo que va a ser nuestra puerta. Dando pequeños golpes para no astillar la madera o evitar que se raje por las vetas o nudos.
Una vez que tenemos lo que va a ser la puerta, comprobamos la escuadra y aprovechando una de las tablas que hemos retirado, la cuál usamos para poner en la diagonal reforzando la puerta y evitando que se nos descuadre.

El acabado final es una cosa que cada uno tiene que decidir, se le puede dar una capa de sellado de poros después de haberla lijado, para a continuación barnizar o pintar. O incluso se puede dejar así tal como está.
Evidentemente, se le pondrán los herrajes que más nos gusten. Cuando la coloque en el huerto, os mostraré como lo voy a hacer.
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